La historia que conocemos se escribe para favorecer los intereses del gobierno y facción en turno. La historia la escriben los vencedores, dice el viejo dicho. Esto es algo que se puede notar con claridad en el caso particular de la historia mexicana, donde los héroes de verdad han quedado postergados al olvido por conveniencia de quienes vencieron en las múltiples luchas internas de nuestro país.
Un régimen como el mexicano necesita sostenerse con mentiras, y para sostener las mentiras del presente –cito a Orwell– se necesita borrar las verdades del pasado. ¿Por qué? Porque el régimen actual, el que surgió de la Revolución se sostiene en un mito fundamental, y es el de su origen, donde la revolución pasa a ser “una lucha por nuestra libertad y nuestra dignidad” porque los caudillos que participaron en esta contienda, “son los héroes que nos quitaron las cadenas de la opresión”, porque a la barbarie se le quiere dar humanidad, porque a la traición se le quiere llamar “defensa de nuestra soberanía”, porque a la mentira se le quiere llamar astucia y porque a la disolución social se le quiere llamar “unión de pueblo”.
Porque en definitiva el gobierno de la Revolución no tiene razón sustentable de ser, sin embargo, no este el único mito en el que el estado mexicano se sostiene. Hay mitos más arraigados en el subconsciente nacional mexicano como:
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El Revisionismo Histórico autentico no trabaja al servicio de un bando u otro, no busca crear mártires ni dioses donde NO LOS HAY, el revisionismo busca darle el lugar que le corresponde a cada uno de los actores de la historia esclareciendo los hechos con el sustento de diversas fuentes. Los revisionistas no buscamos que se erijan estatuas en honor a Gustavo Díaz Ordaz si nuestras investigaciones esclarecen lo que en verdad sucedió aquel 2 de Octubre de 1968, pero sí buscamos que se reconozca la responsabilidad de otros actores, tanto de un bando y otro como tras bambalinas. No buscamos que a don Porfirio Díaz se le trate como un Dios Incomprendido entre chusmas ignorantes, pero sí que se reconozcan sus contribuciones económicas, políticas y sociales, sin las cuales el gobierno de la revolución no hubiera podido crear un ambiente estable para el desarrollo.
Si las investigaciones, y los trabajos, así como las interpretaciones, logran demostrar que Lázaro Cárdenas, comunista declarado, no fue el “Presidente del Pueblo”, no es para que se le condene al olvido como sucedió con los actores históricos que no fueron convenientes para el sistema (José Vasconcelos por ejemplo), pero sí para reconocer que sus políticas agrarias fueron la punta de lanza que terminó matando al agro mexicano, que sus políticas económicas dañaron severamente al país y que su posición política fragmentó la unión nacional. El Revisionismo también consiste en hacerse preguntas constantes sobre todo: ¿La Expropiación del 38 fue un acto nacionalista o un negocio bien manejado?, ¿Madero fue de verdad un gran estadista?, ¿Huerta fue verdaderamente un “usurpador”?, ¿Fue Plutarco Elías Calles el monstruo que todos temen?, ¿Fue Gustavo Díaz Ordaz el tirano grosero que recuerda la izquierda?, ¿El asesinato de Eugenio Garza Sada fue un “accidente”?, ¿Julio Scherer tomó Excélsior con un “golpe de estado”?, ¿Por qué Iturbide es un traidor?, ¿Verdaderamente se perdió la guerra contra los Estados Unidos? Contestar preguntas como estás son parte de la responsabilidad de los revisionistas mexicanos, pues ante cualquier otro interés, se busca sacar a la luz la verdad.
Pero seguramente te estarás preguntando, ¿por qué es importante el Revisionismo Histórico? Principalmente para enraizar las vidas de los mexicanos con el pasado y crear conciencia, algo que hoy más que antes ha adquirido una importante relevancia, pues el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla infinitamente, complejo del cual peca el mexicano (ver: “el error de Villa”). Es importante también porque la memoria del mexicano, que ha pasado por los procesos de adoctrinamiento del sistema educativo, tiene que reconstruirse, sólo así el mexicano logrará comprender su pasado y saber porque el presente es como es. Pues vivimos en un mundo de causas y efectos, nada es coincidencia ni casualidad, tenemos el gobierno que tenemos porque nosotros, en general, lo alimentamos y lo mantuvimos en el poder mucho tiempo, tenemos la delincuencia que tenemos porque nosotros lo hemos permitido, tenemos los índices de pobreza que tenemos porque nosotros nos hemos alivianado y desinteresado, tenemos políticos corruptos porque nosotros los dejamos existir, tenemos la educación que tenemos porque nosotros permitimos durante generaciones que se educará así a nuestros hijos, y todo esto tiene sus raíces en nuestra historia. Comprender y esclarecer la historia es quitarnos las cadenas que por décadas nos han mantenido en el atraso como raza y como nación.
Quien controla el Presente controla el Pasado, y quien controla el Pasado controlará el Futuro - George Orwell
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